Estudios neurológicos muestran que los pacientes con Parkinson prefieren fragmentar las actividades continuas para mejorar la realización de un acto motor complejo. Convierten así un acto motor complejo automático en varias secuencias voluntarias.
Esto se observa también en la escritura, cuando prefieren cambiar del modelo cursivo (acto motor complejo) al modelo de imprenta (secuencias voluntarias), evitando así los movimientos automáticos que son los más dañados por la enfermedad. Así, la parte visible de la escritura (convertida en voluntaria) mejora su ejecución y la parte aérea (que no demanda la atención ejecutiva) concentra las irregularidades.
Y las capturas dinámicas con softs informáticos ponen al descubierto este fenómeno estudiado, entre otros por Drotár y sus colaboradores (1) hace ya unos cuantos años (2014).
En la imagen se observa cómo las grandes oscilaciones se producen en los tramos aéreos y periféricos (en rojo y verde respectivamente), que representan la mayor proporción del trazado (ejemplo propio).
Gracias a la imprenta el paciente puede escribir de manera relativamente legible.
(1) “Analysis of in-air movement in handwriting: A novel marker for Parkinson’s disease”. Computer methods and programs in biomedicine, 117(3), 405–411.
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